¡Os traigo una nueva reseña! Con El Legado termino una trilogía de libros que me han ido conquistando poco a poco pero de manera impecable. Es cierto que, cuando leí el primer libro, no estaba muy segura de si seguir con los dos restantes o no, pues no me había dado todavía ese algo que te hace querer más de la historia. Pero me decidí a leer el segundo y, cuando vi que la historia mejoraba en cada capítulo, ya no tenía dudas en si leer el último. Y la verdad es que, para mí, El Legado ha sido el mejor de los tres por mucho. No me ha cansado en ningún momento, ha sido muy adictivo, tanto, que me lo he leído enseguida. ¡Os dejo la sinopsis!
Gemma Malley nos muestra aquí un problema que hace cambiar el mundo que nos ha ido presentando a lo largo de dos libros anteriores, un mundo donde la Longevidad ya no es tan poderosa como la hemos visto hasta ahora. Para mí, el libro se divide en dos partes: una primera en donde la amenaza que supone la enfermedad ha hecho que la sociedad se transforme completamente, una sociedad que la autora ha puesto a prueba, pudiendo ver con ello mucho más de cerca el miedo que sienten por el desequilibrio de sus vidas normales, la desesperación por encontrar una solución y las medidas tan radicales e inhumanas a las que son capaces de llegar. Creo que ha sido una idea muy buena introducir algo como eso, pues es algo que ha conseguido mantener el ritmo de la historia y no hacerla retroceder a parte de darnos una dosis de realidad porque, ¿alguien piensa que no actuaríamos de esa manera al sentirnos amenazados? ¿Acaso no se ha actuado así ya hace muchos años?
Además, en esta primera parte también se ha visto como un grupo reducido empieza a ver que las cosas no son tan correctas como se les decía, empiezan a dudar y empiezan a darle una oportunidad a lo nuevo.
La segunda empieza a partir de la mitad del libro, donde todo se va resolviendo y encajando poco a poco, con giros inesperados y un momento que te pilla de sorpresa totalmente. En ningún momento se te pasa por la cabeza eso, no llegas a imaginártelo nunca debido a que la autora te va entreteniendo con otras cosas, evitando así que tengas un solo segundo para pensarlo. Ha sido ahí cuando he sentido, por fin, ese escalofrío de emoción que te deja con la boca abierta. Un detalle que me ha gustado mucho es que la autora nos ha trasladado, por un momento, al pasado para darnos una visión más completa al origen y creación del fármaco de la Longevidad poniéndonos bajo la vista de su creador, por lo que hemos podido conocer aún mejor el mundo que ha creado.
En esta ocasión, no voy a poner un pequeño resumen hecho por mí, creo que con lo que acabo de decir más la sinopsis se queda bastante completo. Tampoco quiero hablar de los personajes principales, pues tanto Peter como Anna ya se han conocido del todo en La Declaración y La Resistencia, siendo aquí donde menos hemos visto de ellos. Sí quiero hablar de personajes secundarios, de los cuales algunos han vuelto a aparecer. Uno de esos casos ha sido el personaje de Julia Sharpe, una persona que pudimos conocer en el primer libro y que me dejó con un buen sabor de boca. Aquí lo ha vuelto a hacer, demostrando que es mucho más abierta que el resto del mundo y siendo la primera en tomar la decisión de dejarle paso a lo que viene.
Mi personaje preferido es Jude. Me encantó desde el primer momento en que salió ya que tengo como una conexión con ese personaje debido a que yo también soy un poco fanática de los ordenadores. A parte de eso, es un personaje que lo quiere dar todo, nunca se rinde e intenta salvar al mundo sea como sea. Tiene una pequeña obsesión por intentar ser tan útil como su hermano Peter, pues él piensa que no se le tiene muy en cuanta cuando en realidad es una pieza muy importante en la batalla.
No he podido con Sheila, en serio. Es tan niña pequeña que hace las cosas sin pensar en las consecuencias. Además, es un poco insoportable, no me ha gustado nada su carácter y la he visto egoísta con los demás solo para obtener una mentira. Y Richard Pincent es tan cabezota que tiene que ser sí o sí lo que él diga a pesar de las evidencias que dicen lo contrario. Ansía tanto el poder que le vuelve ciego.
Es cierto que para mí El Legado ha sido el mejor libro de los tres, pero tiene sus pequeños fallos. Uno de ellos es que no sabes muy bien en que fecha estás ubicado -no el año, eso si que se sabe bien-, por eso ha habido momentos en los que me he sentido un poco descolocada con cosas que sucedía. Luego, creo que le ha faltado un poco más de atracción al final de cada capítulo, aunque eso mejora mucho en los capítulos finales. El último fallo que le he encontrado es que vuelve a ser predecible en los pequeños sucesos. La intriga que la autora nos ha intentado poner se ha salvado gracias al bombazo final porque, si no hubiera sido por ello, no hubiera conseguido del todo su propósito.
Para concluir, decir que recomiendo mucho la trilogía y, aún más, este tercer libro. La naturaleza siempre va a estar un paso por delante hagamos lo que hagamos, puesto que nosotros somos una parte de ella y nunca llegaremos a ser un conjunto perfecto ya que, como dice la historia, el ciclo de la vida es así y todo tiene que seguir su ritmo. Y Gemma Malley pone mucho empeño en hacernos ver eso, que la ciencia puede acabar con muchas cosas, pero no con algo que lleva implantado desde siempre.
AVISO: Si sigues leyendo puedes encontrar spoilers
Cuando una camioneta Farmacéutica de Pincent es emboscada por el grupo rebelde conocido como el Subterráneo, su contenido llega como una gran sorpresa - no son las drogas, sino cadáveres en un estado horrible. Parece que la droga principal de la empresa farmacéutica, la Longevidad - que se supone, erradica la enfermedad y asegura la vida eterna - no está cumpliendo con sus promesas. Ahora, un virus se extiende por el país, matando a cientos de personas en su paso, y la Longevidad es impotente para luchar contra él. Pero cuando el jefe inescrupuloso de Pincent reclama que el Subterráneo es el responsable de liberar el virus, depende de Peter, Anna y sus amigos para alertar al mundo sobre la terrible verdad detrás de la Longevidad antes de que sea demasiado tarde.
Gemma Malley nos muestra aquí un problema que hace cambiar el mundo que nos ha ido presentando a lo largo de dos libros anteriores, un mundo donde la Longevidad ya no es tan poderosa como la hemos visto hasta ahora. Para mí, el libro se divide en dos partes: una primera en donde la amenaza que supone la enfermedad ha hecho que la sociedad se transforme completamente, una sociedad que la autora ha puesto a prueba, pudiendo ver con ello mucho más de cerca el miedo que sienten por el desequilibrio de sus vidas normales, la desesperación por encontrar una solución y las medidas tan radicales e inhumanas a las que son capaces de llegar. Creo que ha sido una idea muy buena introducir algo como eso, pues es algo que ha conseguido mantener el ritmo de la historia y no hacerla retroceder a parte de darnos una dosis de realidad porque, ¿alguien piensa que no actuaríamos de esa manera al sentirnos amenazados? ¿Acaso no se ha actuado así ya hace muchos años?
Además, en esta primera parte también se ha visto como un grupo reducido empieza a ver que las cosas no son tan correctas como se les decía, empiezan a dudar y empiezan a darle una oportunidad a lo nuevo.
La segunda empieza a partir de la mitad del libro, donde todo se va resolviendo y encajando poco a poco, con giros inesperados y un momento que te pilla de sorpresa totalmente. En ningún momento se te pasa por la cabeza eso, no llegas a imaginártelo nunca debido a que la autora te va entreteniendo con otras cosas, evitando así que tengas un solo segundo para pensarlo. Ha sido ahí cuando he sentido, por fin, ese escalofrío de emoción que te deja con la boca abierta. Un detalle que me ha gustado mucho es que la autora nos ha trasladado, por un momento, al pasado para darnos una visión más completa al origen y creación del fármaco de la Longevidad poniéndonos bajo la vista de su creador, por lo que hemos podido conocer aún mejor el mundo que ha creado.
En esta ocasión, no voy a poner un pequeño resumen hecho por mí, creo que con lo que acabo de decir más la sinopsis se queda bastante completo. Tampoco quiero hablar de los personajes principales, pues tanto Peter como Anna ya se han conocido del todo en La Declaración y La Resistencia, siendo aquí donde menos hemos visto de ellos. Sí quiero hablar de personajes secundarios, de los cuales algunos han vuelto a aparecer. Uno de esos casos ha sido el personaje de Julia Sharpe, una persona que pudimos conocer en el primer libro y que me dejó con un buen sabor de boca. Aquí lo ha vuelto a hacer, demostrando que es mucho más abierta que el resto del mundo y siendo la primera en tomar la decisión de dejarle paso a lo que viene.
Mi personaje preferido es Jude. Me encantó desde el primer momento en que salió ya que tengo como una conexión con ese personaje debido a que yo también soy un poco fanática de los ordenadores. A parte de eso, es un personaje que lo quiere dar todo, nunca se rinde e intenta salvar al mundo sea como sea. Tiene una pequeña obsesión por intentar ser tan útil como su hermano Peter, pues él piensa que no se le tiene muy en cuanta cuando en realidad es una pieza muy importante en la batalla.
No he podido con Sheila, en serio. Es tan niña pequeña que hace las cosas sin pensar en las consecuencias. Además, es un poco insoportable, no me ha gustado nada su carácter y la he visto egoísta con los demás solo para obtener una mentira. Y Richard Pincent es tan cabezota que tiene que ser sí o sí lo que él diga a pesar de las evidencias que dicen lo contrario. Ansía tanto el poder que le vuelve ciego.
Es cierto que para mí El Legado ha sido el mejor libro de los tres, pero tiene sus pequeños fallos. Uno de ellos es que no sabes muy bien en que fecha estás ubicado -no el año, eso si que se sabe bien-, por eso ha habido momentos en los que me he sentido un poco descolocada con cosas que sucedía. Luego, creo que le ha faltado un poco más de atracción al final de cada capítulo, aunque eso mejora mucho en los capítulos finales. El último fallo que le he encontrado es que vuelve a ser predecible en los pequeños sucesos. La intriga que la autora nos ha intentado poner se ha salvado gracias al bombazo final porque, si no hubiera sido por ello, no hubiera conseguido del todo su propósito.
Para concluir, decir que recomiendo mucho la trilogía y, aún más, este tercer libro. La naturaleza siempre va a estar un paso por delante hagamos lo que hagamos, puesto que nosotros somos una parte de ella y nunca llegaremos a ser un conjunto perfecto ya que, como dice la historia, el ciclo de la vida es así y todo tiene que seguir su ritmo. Y Gemma Malley pone mucho empeño en hacernos ver eso, que la ciencia puede acabar con muchas cosas, pero no con algo que lleva implantado desde siempre.
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