18 de noviembre de 2020

Mini reseña 'Santos crueles' de Emily A. Duncan

¡Hola un día más por aquí, ciudadanos/as! ¿Cómo os va el día? ¿Se os está pasando la semana tan rápido como a mí? ¡Que ya estamos a miércoles!😱 Seguimos con mi racha de reseña al blog y hoy os traigo una lectura completamente diferente a la que os comenté ayer. Para hoy traigo mi opinión de Santos crueles, el inicio de una trilogía que me moría por leer desde hacía años y que, al fin, Hidra ha sido la que ha publicado este comienzo en nuestro país. En cuanto el libro llegó a mis manos, no me pude resistir: lo abrí y lo empecé a leer. Y, ahora, os vengo a contar qué me ha parecido esta historia. ¿Me habrá gustado? ¿No? ¡Os dejo absolutamente todo aquí abajo!

Título: Santos crueles
Título original: Wicked Saints
Trilogía/Saga: 
Autor/a: Emily A. Duncan
Traductor/a: Aitana Vega Casiano
Editorial: Hidra
Páginas: 400
Precio: 17,50€
ISBN: 9788418359194

SINOPSIS:

Cuando Nadya reza a los dioses, ellos escuchan y dejan que la magia fluya por sus venas. Durante casi un siglo, los kalyazi han estado inmersos en una cruenta guerra sagrada contra los herejes tranavianos, y su poder es lo único que rivaliza con la magia de sangre del enemigo. Pero cuando el ejército invade el monasterio en el que se esconde, Nadya se ve obligada a huir del único hogar que ha conocido, mientras este es reducido a escombros por las llamas. Su obsesión a partir de ahora será la venganza. En la primera parte de la trilogía Algo oscuro y sagrado, Nadya deberá forjar una alianza inimaginable con un miembro de la realeza y un joven extraño con un poder aterrador. ¿Su plan? Asesinar al rey y detener la guerra.

Tranavia y Kalyazin llevan en guerra tanto tiempo que ya ni siquiera se recuerdan esas épocas en las que ambos vivían de manera pacífica. En Kalyazin se adora a los santos, se les reza y se cree en ellos, mientras que en Tranavia rechazan cualquiera de esas opiniones y lo único que quieren es conquistar Kalyazin para acabar con todo ello. Nadya, nacida y criada en un templo de Kalyazin, es la última clériga que queda, aquella que ha recibido la bendición de los Santos y que es capaz de usar sus poderes para intentar derrotar al rey de Tranavia y reconquistar el reino. Lo que en un principio parece una vida tranquila bajo un manto seguro de protección pronto se verá truncado cuando la guerra llegue hasta las puertas de su hogar, haciendo de la muerte su única inquilina. Teniendo que huir y con el corazón destrozado, Nadya sabe que ha llegado la hora de poner a prueba todo lo que ha aprendido hasta ahora y, sobre todo, la esperanza que un reino que sigue pereciendo a cada día que pasa ha depositado en ella. Con la ayuda de un grupo de viajeros que parecen tener el mismo objetivo que ella, Nadya se adentrará en el corazón de Tranavia, un terreno desconocido en el que, si da un paso en falso, morirá incluso antes de darse cuenta. Sin embargo, Tranavia no es el reino perfecto que asemeja ser. Serefin, el futuro heredero, sabe que algo oscuro está naciendo en el centro de la corona, algo que está haciendo que incluso criaturas hace tiempo no vistas regresen para estar cerca de él. Bajo una amenaza que podría acabar para siempre con el camino de Nadya y Serefin, cada uno tendrá que demostrar qué está dispuesto a sacrificar por el bien de su gente. Pero los Santos son caprichosos y, cuando Nadya tome su decisión, es posible que ya no cuente con el apoyo de  los que siempre la han arropado.

La alegría que da cuando ese libro que tienes en el punto de mira desde hace años llega, al fin, a tu librería. Santos Crueles es la primera parte de una trilogía que tenía muchísimas ganas de empezar y no podía entender cómo es que ninguna de nuestras editoriales no le había echado aún el ojo con las buenas críticas y opiniones que arrastra. Además, desde el comienzo ha sido comparada con una de mis trilogías preferidas, Sombra y hueso de Leigh Bardugo y, aunque es cierto que las comparaciones son odiosas, estoy contenta de poder decir que esta historia tiene algo propio que deja una esencia interesante. Bebiendo del mismo tipo de ambientación y siguiendo un estilo muy similar, el tono oscuro y gótico de la historia era otra de las cosas que me llamaban terriblemente la atención y, aunque lo que he visto me ha dejado con buenas sensaciones, también tengo que confesar que Santos Crueles es un libro que se me ha quedado a medias y que podría haber dado mucho más de sí. ¿Por qué? Existen algunas razones que han hecho que la puntuación de este libro baje pero, si queréis saber tanto las partes buenas como esas que no lo son tanto, os dejo con cada una de ellas a continuación:

1- Es un libro que engancha: Santos crueles es un libro que tiene muy claro cuáles son sus intenciones. La autora crea un ritmo de lectura trepidante desde el principio, empapándonos de unas páginas cargadas de acción, mucho peligro y de supervivencia pura desde nada más abrir el libro y meternos en sus primeros compases. Aunque de vez en cuando la historia se torna más pausada para intentar desarrollar otros aspectos, como pueden ser la ambientación o los propios personajes principales, y aunque coge un poco de aire para respirar, la historia en sí se va a desarrollar con una rapidez desbordante, haciendo que estés enganchada sin poder remediarlo y sin tener motivos por los cuales alejarte del libro. Junto a esto, Emily A. Duncan ha optado por usar una narración que se va moviendo entre dos perspectivas, consiguiendo con ello que siempre haya algo interesante por ver, y que, en todo momento, se ande bajo un manto de tensión constante, con más momentos de lucha, rivalidades, conspiraciones, traiciones dentro de la corona, ingredientes que poco a poco se van a ir juntado hacia una misión a vida o muerte y un misterio que hay que resolver, y que será el que nos dejará, ya hacia finales de la lectura, giros argumentales inesperados que nos dejarán patidifusos y con una clara idea de hacia dónde va a guiar la autora la trama en ese segundo libro de trilogía que está por venir.


2- La ambientación que se ve, gusta: como ya he comentado arriba, Santos crueles llegaba con una comparación bajo el brazo con Sombra y hueso. A decir verdad, andaba un poco asustada y preocupada por si se asemejaban demasiado pero, sin dudarlo, puedo decir que la ambientación que se muestra en este primer libro consigue sobresalir gracias a sus propias características. Y parte de la culpa de que esto se cumpla son los dos reinos que tenemos por delante, Tranavia y Kalyazin. Para mí, han sido dos reinos muy diferentes el uno del otro que han sabido cómo relacionarse y entremezclarse de una manera sumamente interesante y emocionante. Por un lado, Kalyazin le tira mucho al tema religión, a al fe y a la creencia de unos Santos que, de manera indirecta, también serán los auténticos protagonistas. Algo que he adorado del libro es que, aunque la autora no nos presente este mundo de la manera más convencional, el tema de los Santos se queda lo suficientemente cubierto como para dejarte con esa deliciosa miel en los labios. Creo que Emily A. Duncan quería darnos una primera toma de contacto con todos estos Santos, sus nombres, poderes y funciones, de una manera más superficial para ahondar, en los demás libros, en estos conocimientos. Que haya usado el inicio de cada capítulo para dejarnos citas breves con mitos y leyendas de cómo se crearon esos Santos y bajo qué circunstancias algunos sí escuchan plegarias y otros no, para mí ha sido un acierto total. 


Por otro lado, Tranavia le tira más a la trama bélica, siendo un reino más guerrero que opta por la no creencia de esos Santos por los que son considerados herejes a ojos de los Kalyazíes, mostrando también una parte más política y cercana a la corona. Ha sido, de nuevo, bastante interesante formar parte de la visión de este reino, conociendo los motivos por los que existe una rivalidad tan duradera con Kalyazin, comprendiendo mejor sus motivaciones y sus objetivos, pasando a la vez por esa tensión que hay dentro de la corona, habiendo por detrás algo macabro que planea cambiarlo todo para siempre. No sé, puede sonar a más de lo mismo, pero a mí me das intrigas palaciegas y una ambientación que bebe fuertemente de la cultura y folclore eslavo y, qué quieres que te diga, soy toda tuya.


3- Lo osada que es la autora: la verdad es que estaba dudando en sí poner esto como algo positivo pero, qué leches, claro que lo es. Santos crueles puede partir de una trama que se puede encontrar en otros libros del estilo pero, ¿recordáis cuando os he dicho que la historia ha conseguido sobresalir por sus propias características? Y ya os he hablado de unas cuantas pero Emily A. Duncan tiene también mucho que ver. El motivo no es más que ese tono oscuro y gótico que le ha dado en todo momento a la lectura. En este instante es cuando os tengo que decir que Santos crueles podría no ser un libro para cualquiera. Porque puede que haya Santos de por medio con una magia y una propia creación interesante, una guerra entre dos reinos y muchos enredos relacionados con el trono, pero también ha sangre. Mucha sangre. Hay escenas gore con vísceras y miembros del cuerpo desperdigados por el suelo, de autolesión e incluso algo de maltrato físico. Sé que son cosas que pueden echar mucho para atrás, sobre todo si eres sensible a este tipo de circunstancias, pero para mí son otros elementos de la propia historia que le da mucha vida y juego, teniendo a una autora que no se ha cortado ni un pelo en mostrar esos sucesos o escenas, y sin temor a mancharse las manos. Cosas así son las que hace que un libro se diferencie de otro sin ningún tipo de problema.

1- La rapidez de la trama: sin embargo, y por desgracia, no todo va a ser bueno en esta lectura. Y me diréis: "Sandra, ¿pero no acabas de decir que la rapidez de la trama, por la cual el libro se lee super rápido y engancha, es algo positivo"?. Así es, mi querido/a Watson. Lo que pasa es que esa velocidad le viene muy bien a su ritmo, pero no le ha sentado bien a algunos aspectos que, personalmente, se me han quedado por el camino. ¿Cómo cuáles?


    a) Escenas inconexas: esto es algo que he notado especialmente desde la mitad hasta el final del libro. Y es que hay escenas confusas y que carecen de lógica que no he entendido en absoluto. La falta de más pausa y desarrollo de estos momentos hace que la autora lo describa todo con demasiada velocidad, sin darte tiempo a hacerte una idea en mente para poder visualizar bien qué está pasando. Hay una escena en concreto, que se me viene a la cabeza, a la que todavía no le encuentro el sentido después de haberla leído y digerido hace días. Me ha dado la sensación de que hay saltos argumentales, como que hay muchos agujeros que impiden que se forme correctamente una justificación que explique qué ha pasado o por qué estamos en ciertos lugares, y son cosas que me han fastidiado un poco la experiencia de esta lectura. Además, hay incluso una escena que me sobra completamente porque no le da contexto al libro, no sirve para nada y solo está ahí como un mero relleno, algo que pasa y, después, queda completamente en el olvido. Pero, sin dudarlo, esta velocidad daña un final que podría haber sido mucho más épico y apoteósico. Pienso que, de nuevo, han faltado más páginas y explicaciones, más pausas y más lógica. Y, a pesar de que es un final que sí que te deja con ganas de saber qué va a pasar, de alguna manera te deja con una sensación amarga al pensar qué podría haber sido realmente ese final si todo se hubiera tomado con más calma.


    b) Falta de desarrollo de los personajes: pues sí, por desgracia tengo que admitir que los personajes también han sufrido esta velocidad inaudita a la hora de narrar el libro. Delante de nosotros hay un grupo de personajes muy variopinto. Y es verdad que, en algunos de ellos, hay cosas misteriosas que gustan y llaman la atención. Sin embargo, a mí eso no me vale. Yo espero más, y ha sido un poco decepción toparme con unos personajes que se me han quedado muy superficiales y que no han conseguido explotar casi nada. Entiendo que es una primera parte de trilogía y que habrá tiempo de sobra para profundizar más en cada uno de ellos, pero en este libro los he sentido más maniquíes sin apenas personalidad que otra cosa. Esto también ha sido causante de que ese final del que ya os he hablado se quedara como se ha quedado, rompiendo un poco con la sorpresa que nos topamos ahí al no haber, la autora, jugado mejor con todas esas piezas que tenía.


    c) Romance: por último, no podía dejar esta reseña sin hablar del romance. Otro elemento más del libro que se queda sin gracia y sin chispa a causa de esa velocidad de los acontecimientos. Si ya de por sí me fallan los personajes, imaginad las relaciones que tienen entre sí. La mayoría de ellas han vuelto a ser surrealistas, con cambios de pensamientos o perspectivas que tampoco tienen lógica. Sabiendo desde dónde parte cada uno de ellos, cómo se han criado y cuáles son sus opiniones sobre ciertos temas, se queda raro ver algunas uniones que no terminan de cuadrar del todo. Así que no sé muy bien qué pensar de todo esto de cara a los siguientes libros.

 
¡Muchísimas gracias a Hidra por el envío del ejemplar!



2 comentarios:

  1. Pinta bastante bien aunque ahora mismo me apetecen otras cosas es un tipo de trama que suele gustarme =)

    ResponderEliminar
  2. ¡Hola!
    No tenía idea de la existencia del libro, pero suena bastante bien. Puede que sí le de una oportunidad.
    ¡Un beso!

    ResponderEliminar