¡Hola ciudadanos/as! ¿Cómo estáis? ¿Habéis empezado bien estas vacaciones de Navidad? Espero que tengáis unos maravillosos días. Hoy vuelvo al blog para dejar otra de las reseñas que tenía pendiente. Nunca en la escalera, de Maureen Johnson, es la segunda parte de un libro que leído en abril, El caso Vermont. Lo que disfruté ese libro no es normal, un auténtico descubrimiento. Así que, de nuevo, regreso a este mundo de academia privada y privilegiada que, bueno, todavía va a dar mucho de qué hablar. Estaba deseando leer esta continuación para seguir a tope con este caso que se nos presenta, ¡y no me ha decepcionado para nada! Si queréis saber qué me ha parecido este segundo libro, os animo a que sigáis leyendo. Pero antes...
AVISO: Si sigues leyendo encontrarás spoilers de los libros anteriores
Título original: The Vanishing Stair
Trilogía/Saga: Sí
Autor/a: Maureen Johnson
Traductor/a: Sonia Fernández-Ordás
Editorial: HaperKids
Páginas: 450
Precio: 17,90€
ISBN: 9788417222741
SINOPSIS:
¿Dónde buscas a alguien que en realidad nunca está? Siempre en una escalinata pero nunca en la escalera Los sugerentes acertijos que se ocultan tras los asesinatos del internado Ellingham siguen esperando a que alguien los resuelva, y Stevie sabe que está muy muy cerca. Sin embargo, el camino hacia la verdad tiene más obstáculos de los que se imagina…
Todo lo que Stevie Bell quería era encontrar la clave del misterio de Ellingham pero, en cambio, encontró a uno de sus compañeros muerta. Y mientras ella va resolviendo ese asesinato, los crímenes del pasado todavía están esperando en la oscuridad. Justo cuando Stevie siente que está a punto de descubrirlo todo, sus padres la sacan de la academia Ellingham.
Por su propia seguridad, le dicen. Debe superar esta obsesión que tiene con los crímenes. Ahora que Stevie está lejos de la academia y de sus túneles secretos, de sus extraños y entrañables amigos, comienza a sentirse desconectada del resto del mundo. Al menos ya no tendrá que ver a David. David, a quien besó. David, quien le mintió sobre su identidad, el hijo del despreciado político Edward King. Entonces, el propio King llega a su casa para ofrecerle un trato: llevará a Stevie de vuelta a Ellingham de inmediato. A cambio, ella debe vigilar bien a David. King está en medio de una campaña y no puede permitirse que su hijo genere problemas. Si Stevie está en la academia, David se quedará en ella y no causará estragos inoportunos. Los acertijos tentadores detrás de los asesinatos de Ellingham todavía están esperando a ser descifrados, y Stevie sabe que está muy cerca. Pero el camino hacia la verdad tiene más giros y vueltas de lo que puede imaginar, y avanzar implica hacer daño a alguien que le importa. Nada se da gratuitamente, sobre todo aquello que pueda desvelar el gran misterio, y alguien pagará la verdad con su vida.
El caso Vermont es una de esas historias que, sin comprenderlo, está pasando muy desapercibida en nuestro país. Un thriller juvenil, cuando leí el primer libro hace unos meses quedé totalmente sorprendida y encantada con él. Incluso enganchada. Muy enganchada. La pluma de Maureen Johnson hizo delicias al presentarnos un caso misterioso, de los difíciles, al más puro estilo Agatha Christie. La historia truculenta de una academia privilegiada que, hace años, sufrió dos secuestros y un asesinato que jamás han tenido explicación. El gran repertorio de personajes y las miles de preguntas que hay a lo largo del libro consiguió que, pronto, El caso Vermont se convirtiera en una de mis mejores lecturas del mes, por lo que ya os podéis imaginar las ganas que tenía de leer su continuación. Sigo enamorada de esta trama.
Recurriendo de nuevo a una narración en tercera persona a través de Stevie en el presente, Nunca en la escalera se presentaba como el libro que iba a resolver muchos de los acertijos que, tras leer El caso Vermont, habían quedado pendientes. Los acontecimientos del libro anterior abrían un nuevo mundo de posibilidades y pistas que lo complicaban todo aún más si cabe, sobre todo después de ese asesinato inesperado en el que nos íbamos a ver envueltas. ¿Cómo había ocurrido en realidad? ¿Hay alguien más detrás de todo esto? ¿Acaso era posible, después de tanto tiempo? ¿Qué está pasando en Ellingham? Aunque teníamos una ligera respuesta para cada pregunta, todavía quedaban en medio elementos que no coincidían del todo con la posible verdad y, cuando la sospechosa desaparece, parecía que en Nunca en la escalera se iba a abrir otro camino para agrandar todo este caso irresoluble de hace décadas. Sin embargo, Maureen Johnson ha querido enfocar esta segunda parte de una manera diferente, enfocando la trama hacia otro punto sin olvidar todo lo que está tejiendo en sus manos. El caso Ellingham y las investigaciones no se van a olvidar, están ahí, pero la autora ha querido hacer una continuación más centrada en el desarrollo de los personajes, especialmente de la relación entre Stevie y David, después de todo lo que tuvieron que vivir ambos en el libro anterior. Es por ello que, aunque se entre rápidamente de nuevo en el mundo de la academia, en el peligro y en el misterio, los primeros compases de la novela son más lentos en ese aspecto, adentrándonos en la mente de Stevie para ver cómo están sus pensamientos y sentimientos, los conflictos que se crean en su cabeza y la manera en la que debe trasladar todo eso de resolver crímenes a resolver su vida privada. No es tarea fácil ni siquiera para una experta, y la lectura va a tener en todo momento sus inseguridades, sus momentos más pausados para darle aire a Stevie para poner sus ideas en orden y para decidir qué paso dar ahora. Lo bueno que tiene estos libros es que, como digo, Johnson no deja atrás todo esto del misterio, así que poco a poco se irán intercalando con estos momentos esas indagaciones, no solo de uno de los enigmas más famosos, sino también del reciente problema que hay en Ellignham. Porque la principal sospechosa del asesinato ha desaparecido. Y descubrir cómo ha podido suceder va a ser otra de las cosas que guíen esta trama. Con la aparición de nuevos personajes, Stevie nos va a ir moviendo entre dos mundos: el pasado, que de nuevo se nos va a exponer trasladando la narración hacia los días en los que la academia Ellingham no tenía esa fama, avanzando y avanzando mientras empiezan los giros argumentales impactantes y que te dejan con la boca abierta, las primeras respuestas a preguntas que ya necesitaban ser resueltas, además de seguir con los testimonios, los antiguos apuntes, y los nuevos detalles que analizaremos con lupa para que no se nos escape nada; y el presente, que seguirá jugando con el desarrollo de los diferentes personajes, guiándonos a través de conversaciones que pueden indicarnos el camino a seguir, intentando descifrar el paradero desconocido de la desaparecida. Puede que Nunca en la escalera de la sensación de ser menos intenso que El caso Vermont, pero sigue siendo una bomba que va a ir explotando poco a poco. Adictivo, nunca sabes por donde te van a pillar. Porque, aunque estés atenta, hay algo que va a salir de repente, de manera inesperada, para cambiarlo todo radicalmente. Para, una vez más, desbaratarlo todo. Tus teorías y las de Stevie. A partir de la mitad del libro, todo se vuelve mucho más intrigante pero será de cara al final, sobre todo, cuando salgan cosas que nos va a explotar la mente. Vaya lo que se tenía guardado la señora Johnson para darle el puto y final a este libro. Porque cuando parece que ya está todo resuelto, JÁ, de eso nada. Aún hay muchas cosas que tienen que resolverse. Porque hay giros, muchos giros, que me han dejado atontada, con ganas de más y que me han dado la lección de que nunca me fíe de las apariencias. Que los secretos se guardan donde menos lo esperas.
Lo que más me gusta y me deja anonadada de estos libros es que nunca puedes estar segura de lo que ven tus ojos, jamás te puedes fiar. Porque, aunque hayan pasado desapercibidos, hay detalles ocultos que parecen no significar nada para, luego, sobresalir de una manera alucinante y asombrosa para convertirse en un mundo, en una complejidad y en una nueva piedra en un camino ya de por sí complicado y tortuoso. La mente de Maureen Johnson es flipante. Y su narración, una maravilla. Lo bien hilado que lo tiene todo, jamás vas a tener espacio para aburrirte. Porque tienes que estar ahí, pegada a las páginas de estos libros, para que no se te escape nada. Te aconsejo tener al lado un bloc y un lápiz cuando te adentres en esta historia. Porque, te aseguro, vas a tener que apuntar muchas cosas para intentar resolver por ti misma un misterio bien llevado y creado. Me sigue encantando que los personajes interactúen, de una manea u otra, con el transcurso de la historia. Que cambien las cosas. Y que, sobre todo, sean muy variopintos. Que sean naturales y reales, que haya representación de diferentes colectivos. Que algunos sean tímidos o introvertidos, otros más alborotadores, más vivos. Cantarines, ariscos, amables. Y que el personaje de Stevie siga tratando el tema de la ansiedad, ese gran monstruo. La hace diferente e interesante, con un matiz poderoso. Aunque su relación con David sea de lo más flojo que haya en estos libros, es un personaje que me gusta mucho, y a ver qué nos tiene preparado de cara al tercer libro.
Por último, y si tuviera que sacarle algo malo a esta segunda parte, sería algo relacionado con la manera en la que son tratadas las diferentes pistas con las que nos vamos a topar. Sobre todo, cuando son metidas en el esquema mental de Stevie. Nosotras, mientras vamos leyendo el libro, las tenemos visibles, pero no somos capaces de crear una conexión o relación que tenga sentido. Sin embargo, Stevie lo hace ver todo borroso y muy fácil. No sé exactamente cómo explicarlo, pero parece que no expresa realmente lo que significa cada pista para el caso, y nos expone directamente la resolución de muchas cosas sin pasar por la explicación. Stevie lo ha adivinado y ya está, no te digo qué papel tiene cada cosa que ha ido encontrando y analizando y cómo ha llegado hasta esa solución. Quizás echo en falta más profundidad en esos casos. Que, como lectoras, participemos en la lógica de Stevie de manera más cercana y visible, analizando también ese recorrido que ha tenido en su cabeza.
Pero, por todo lo demás, Nunca en la escalera consigue ser una continuación satisfactoria y exitosa. Aunque baja un poco el ritmo y se aleja algo de la estela del primer libro, ha conseguido seguir el caso de una manera que sigue enganchando y encantando a partes iguales. Unos personajes que se hacen muy naturales, el caso está cada vez más interesante y, gracias a las primeras resoluciones, a nuevos giros argumentales y a un final de infarto, es un libro que prepara bastante bien el camino que nos llevará hasta un tercer y último libro que, estoy segura, volverá a dejarnos con la boca abierta.
Hola.
ResponderEliminarNo conocía el libro pero tampoco es que me llame mucho, y con la cantidad de pendientes que tengo, creo que lo voy a dejar pasar.
Nos leemos.
Me encantaron los dos libros y estuve atrapada todo el tiempo!!! Solo quería asegurarme si venía un tercero y fue lo primero que me apareció! Y me dejaste súper tranquila de que viene uno más!! Hasta entonces a lidiar con la ansiedad de los secretos pendientes!!!! Gracias!
ResponderEliminarHola. Recientemente me regalaron este libro y no sé si sea estrictamente necesario leer primero El caso Vermont para poder entenderlo. Agradecería una respuesta
ResponderEliminar¡Hola! Si sería necesario leer antes El caso Vermont ya que este libro es su segunda parte :)
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